El doodling es una herramienta poderosa. El otro día me preguntaba…¿como algo tan sencillo puede ser tan poderoso? Si doodlear es “hacer garabatos”, ¿por qué le damos tanta importancia? ¿por qué hacer círculos y rayas puede llevar a ser una herramienta creativa o hasta incluso curativa? Te cuento lo que a mí me pasó, lo que viví en primera persona. Así me ayudaron a mi los doodles.

Con el paso del tiempo me he dado cuenta de lo que me frenaba a la hora de crear. A algunas razones no sé ponerles nombre, son sentimientos de todo tipo, y dependiendo del día tenía mas unos que otros. Pero hay uno que sí, yo le he llamado “el bicho”, gracias a una amiga con la que hablaba un día, sobre el tema, y me dijo….”síiii es un bicho maaaalo”. Todas tenemos un bicho en la cabeza que nos habla. Es el bicho de la razón, el análisis, el control…y por lo tanto la autocrítica. Es la parte del cerebro gracias a la que sabemos hablar, leer, o entender las matemáticas. Pero claro, no para de contarnos cosas. Y cuando le dejas que hable es….un bicho muy malo. Pensaréis, esta se ha vuelto loca….tanto doodle, la ha transformado….pero no, veréis os voy a poner un ejemplo.

Os sentáis frente a vuestra libreta de dibujo, y si no empezáis a dibujar de inmediato el bicho empieza a hablar:

“no sabes dibujar”

“te va a salir un churro”

“pero como vas a hacer eso tu”

“tú no eres diseñadora”

Y mil frases mas, cada bicho dice las suyas, ¿verdad? Y si le dejas es muy posible que te gane y termines por no dibujar. Y si decides pasar de el pero le dejas hablando, te va a salir el dibujo penoso que te está diciendo, porque quien manda es él.

Pero sin querer y de casualidad, como se encuentran las mejores cosas de la vida, encontré la forma de callar al bicho. Un día vi un doodle, y cogí una libreta y un rotulador y probé. Y en ese momento no caí, no me daba cuenta de nada, sólo ví que lo había terminado. Había hecho un “dibujo”. Y me lo había pasado genial. Fue un rato para mi, los niños ya estaban dormidos, mi marido no había llegado de trabajar y era mi momento de relax. La casa en silencio. Todo era concentración en las líneas y los trazos.

Al día siguiente estaba deseando que llegara ese momento. Poder encontrarme con mi agenda, jajajaja, espero que mi marido no se ponga celoso. Pero con las pasiones ocurre esto….que estás deseando volver a encontrarte con ellas. Y así durante varias semanas. No siempre podía, porque mi segundo hijo era aún muy pequeño y me demandaba….pero siempre intentaba buscar un hueco.

Ahora con el paso del tiempo me doy cuenta de lo que pasaba. Gracias a ese dibujo aparentemente tan sencillo y fácil, había logrado que mi hemisferio izquierdo estuviera callado porque el que se ponía a trabajar era el lado derecho del cerebro. ese donde está la creatividad, los sentimientos, las sensaciones visuales….Cuando empiezas a dibujar esos círculos, rayas…tienes que concentrarte para no salirte o rellenar espacios, o piensas cual es el siguiente patrón que vas a hacer al lado…pero no tienes “pensamientos bicho”.

Así que sin darme cuenta, mi hemisferio derecho se ponía a funcionar y me sorprendía a mi misma dibujando en otra hoja un personaje que se me acababa de ocurrir, o apuntando alguna idea, imaginando cosas que podría diseñar. Y como el izquierdo no estaba funcionando no podía boicoteármelas. Las ideas fluían!

Acabé usando los doodles como un calentamiento. Como una forma de callar todo ese autocontrol, exigencia…y poder empezar a crear.

Y me dí cuenta de que

TODO DISEÑO COMIENZA CON UN DOODLE

   
el poder del doodling

Ahora me paro a pensar y me maravillo ante la sencillez. Lo había tenido siempre delante y no lo había visto. Algo me había atrapado y no sabía explicarlo. Ahora que puedo echar la vista atrás en el tiempo me doy cuenta de todo. De los pasos que he podido dar gracias al doodling. Y lo que he disfrutado en el camino.

Algo tan sencillo es capaz de acallar miedos. Podría usarse como terapia en depresiones o casos de ansiedad. Podría usarse para calmar a esos niños que son mas activos en el cole, ayudarles a que aprendan a concentrarse y focalizar. Quizás, el poner el hemisferio derecho a funcionar, sea el motivo de que retengamos mas información cuando dibujamos en una reunión, porque es ahí donde está la memoria visual.

Practicar el doodling hace que cada vez “el bicho” tenga menos fuerza, y cada vez me hacía menos falta el calentamiento. Me atreví a usar otras técnicas, como las acuarelas, a hacer dibujos de flores, de animales, hasta hice un doodle de mi misma…al principio miraba otros doodles para encontrar inspiración, pero con el tiempo he podido ver con “otros ojos” y hacer doodles con mi propia receta.

El doodling es una técnica sencilla, pero con un poder que ni yo misma imaginé cuando empecé a practicarlo.

¿Imaginabas que esos dibujos tan sencillos pudieran aportarte tanto? ¿te lo imaginabas?

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